Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura: ése fue su primer amor. Y el último, porque después de besarle, ella se transformó en rana. Él huyó asustado y jamás contó lo sucedido a nadie, pero a cambio ha tenido que soportar el desvelador croar nocturno, vengativo, toda su vida. Mudarse a otras casas no ha conseguido esquivar la implacable persecución. Harto, el viejo decrépito y ojeroso que medio siglo atrás fue un apuesto joven, se ha acercado a la charca para ofrecerle el beso que invertirá el hechizo. Como si hubiera ensayado ese momento miles de veces, suspira, rechaza la oferta y se zambulle en el agua.
Este microrrelato ha participado -sin éxito- en el concurso Relatos en Cadena (ReC) de la SER.